Tras años de renovaciones, el Théâtre Royal de Lieja reabrió sus puertas con la ópera Stradella de César Franck. El compositor dejó únicamente las partituras, que para esta producción fueron orquestadas por Luc van Hove. El director Jaco van Dormael convirtió la obra en un auténtico espectáculo teatral, incorporando efectos especiales con espejos para recrear el agua sobre el escenario.
La historia transcurre durante el Carnaval de Venecia. Cuando se alza el telón principal, el suelo del escenario comienza a brillar. Una mujer atraviesa una enorme piscina de agua. Desde lo alto, un GiantMirror de ShowTex desciende y gira hasta reflejar al público.
Van Dormael evita conscientemente el uso de efectos cinematográficos sobre el escenario, apostando por llevar al límite las posibilidades del teatro y de lo teatral. Un ballet submarino, protagonizado por dos amantes que se están ahogando, tiene lugar en directo, bajo la piscina, y se refleja en el gran espejo circular suspendido sobre el escenario.
La soprano Isabelle Kabatu interpreta el papel de Leonore, la protagonista femenina. El bajo-barítono Werner van Mechelen da vida a Spadoni, teniente del Duque de Pesaro. Y el tenor Marc Laho interpreta a Stradella.